«El poder no corrompe a nadie; los estúpidos, sin embargo, cuando pescan una posición de poder, corrompen la idea de poder»
George Bernard Shaw (1856-1950). Escritor irlandés.


«Salvo el poder, todo es ilusión»
Vladimir Ulianov «Lenin». (1870-1924). Filósofo y dirigente ruso bolchevique.

El poder

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Can Resolis. En el Carrer Tordera 28, en Plaça Raspall. Barrio de Gracia
Viernes 17 de octubre. 20.30 a 22.30.
10 euros.
El precio incluye:

a) 2 consumiciones a elegir: café, té, vino, cerveza, refresco;
b) tapeo por un tubo: papas bravas, tortilla, croquetas, etcétera
c) la actividad, por supuesto

No «podemos» hacer de todo. Por ejemplo, no podemos volar agitando los brazos, como si fuéramos palomas. No obstante, podemos hacer parapente y tirarnos en paracaídas. Con esta sencilla metáfora podemos introducir el tema de la semana y hacer un perfecto paralelismo con los asuntos colectivos relativos a la política y las formas de gobierno.

Nuestros habituales amigos en estas cartas masivas, Platón y Aristóteles, hablaron largo y tendido del poder, las formas de gobierno y «la legitimación del poder». La conclusión no puede ser más clara y trágica. Si dedicas mucho tiempo a los asuntos relacionados con el poder, no tienes tiempo para la filosofía y serás un gobernante vulgar. Por el contrario si dedicas mucho tiempo a la filosofía, todo lo que dediques se quedará en agua de borrajas si no consigues su implantación, serás un sabio, pero dentro de una cáscara de nuez.

Así pues, la mezcla explosiva sería el gobernante-filósofo, capaz de concentrar dentro de sí toda esa esquizofrénica tensión.

A día de hoy, en Barcelona, ha penetrado una moda francesa, un segmento de la filosofía del poder, capitaneada por Michel Foucault, admirador confeso de Nietzsche. Este autor, incrustado por el gremio de psicólogos y pedagogos ha invadido de tal modo nuestra ciudad, que la filosofía ha quedado impregnada por su tendencia y su parcial visión de la idea del poder, mucho más inocente y acomplejada que la que mencionábamos anteriormente de Platón y Aristóteles.

Foucault, básicamente, obsesionado con la excepción más que con la regla, dedica su vida y obra a criticar ingenuamente el poder. Empieza la casa por el tejado, dado que en ningún momento se detiene a reflexionar en plan: ¿de qué poder estamos hablando? o ¿todo poder político es negativo?. Igual le dá ocho que ochenta. Salvajemente alejado de la franqueza grecorromana, franqueza la cual, asume astutamente, que si estás criticando un poder, es para defender un poder alternativo, aunque no lo confieses; Foucault prefiere renunciar al poder, reivindicando la impotencia del filósofo y su vida aislada en una cáscara de nuez. Y, ¿no será el objetivo oculto de la agenda de Foucault de crítica del poder, la legitimación precisamente del poder establecido?.

Así pues, en el café de este viernes, pasaremos de las modas filosóficas de corto vuelo e iremos a conocer el concepto de poder, en lugar de dispararle primero y después preguntar, cómo se le hace a este tierno concepto. Hasta nuestro agresivo comisario pregunta antes de disparar.

raulmismamente@gmail.com (comisario) 651147461

lorenzomismamente@gmail.com (moderador) 677361143

Un comentario »

  1. Judit dice:

    Hasta ahora no os he podido leer hasta el final. ¿Qué tal el café con sabor a poder?
    Me parece que ya hace unos cuantos días que Foucault llegó a Barcelona: a finales de los 80, principios de los 90 ya había voces a su favor en la ciudad condal y sus alrededores. Tuve la suerte de aprender de discípulos-seguidores de Foucault y no tengo tan claro que su objetivo fuera legitimar el poder establecido, en todo caso, hizo un análisis de cómo el poder emana entre nosotros y de qué forma se establece. En fin, una lástima no tenerlo fácil para venir a vuestros cafés, cada vez me atraen más!

    Abrazo!

    Judit

  2. como dijo erd hahahaaa superpodeses

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